jueves, 7 de octubre de 2010

Camilla Battista da Varano - Canonización

El próximo Domingo 17 de octubre de 2010 en Roma se canonizará a la clarisa Camilla Battista da Varano (1458-1524). Posteo aquí, algunos párrafos discontinuos de la carta, que con este motivo, nos escribió el Hno Mtro Gral fray José Rodriguez Carballo OFM, párrafos elegidos porque contienen algunas líneas de los escritos de la hermana Camila.
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Camila Bautista, como madre espiritual y como guía sabia, supo constituirse en modelo de vida y canal de gracia, como ella misma lo dice: «Se necesita ser “cuenca” antes que ser “canal”. Por cerca de veinte años, ésta tu madre fue “cuenca”, trató de custodiar, de contener la gracia en sí misma, después, como “canal”, la ha difundido y escrito a otros».

Al elegir profesar la Regla de Clara de Asís, Camila Bautista le indica a cada cristiano el camino de la pobreza como una forma de dar testimonio radical, como una auténtica martyria: “Esta sierva de Dios compró cara para sí y para los demás la pobreza y a ella sola le tocó pagar el precio; de manera que le costó a ella más cara la pobreza, que la riqueza a los ricos, y la deseó y buscó más, de cuanto el mundo busca el dinero”.

Viviendo plenamente el carisma franciscano, ella le mostró a la Iglesia el camino de la fraternidad como actualización de la koinonia: una fraternidad que pide la renuncia al poder y al individualismo y llama a un amor gratuito, evangélico, generoso, a una caridad crucificada, semejante a la Perfecta alegría de Francisco: “Oh mi Dios clementísimo, si Tu me revelaras todos los secretos de tu Sagrado Corazón y cada día me mostraras todas las jerarquías angélicas, y si cada día yo resucitara muertos, no por ello creería que Tu me amas con amor infinito. Pero en cambio, cuando yo sentiré haber obtenido la gracia de un amor perfecto, es decir, de hacer bien a quien me hace del mal, de hacerle el bien y alabar a quien habla mal de mi, me ofende y critica, solamente entonces, por este signo infalible, Padre mío clementísimo, creeré ser una verdadera hija. Solamente entonces seré conforme a tu amadísimo Hijo Jesucristo crucificado, que es el único bien del alma mía, conforme a Él, oh Padre, que estando en la cruz te imploró por los que lo estaban crucificando”.

Acercándose a sus escritos nos damos cuenta de que la liturgia es el lugar privilegiado en donde escucha la Palabra sacando la luz y la fuerza para cumplir sus decisiones.
“Señor, por la gracia naciste en el alma mía y me has mostrado el camino y la luz y lumen de la verdad para llegar a Ti, verdadero paraíso. En las tinieblas y oscuridad del mundo tu me has dado la vida, el oír, el hablar y el caminar - pues en realidad yo era ciega, sorda y muda a todas las cosas espirituales - y me has resucitado en Ti, verdadera vida, que das vida a cada cosa que tiene vida”.

En la sociedad actual que promueve una religiosidad intimista y frágil, reduciendo la fe a una pulsión emotiva y desencarnada, Camila Bautista le sugiere a toda la familia franciscana un camino seguro: vivir el evangelio con pasión radical y restituir “amor por amor, sangre por sangre, vida por vida”.